jueves, 29 de mayo de 2008

Cuba: Síndrome de Estocolmo

Hace ya un par de años hablando con un conocido que aun vive en la Isla reflexionábamos sobre el status de cautividad o limitada independencia en que se encontraba. Su respuesta era clásica: “Mira asere, es verdad que no puedo ir ni a la esquina, no puedo decir lo que me sale de la (bip), pero sobrevivo, hago mis marañas para ir tirando, si no fuera porque esto está así no podría sobrevivir. Además acá si estoy jodido tengo medicina gratis”. Oyéndolo vino a mi mente un claro diagnostico: Síndrome de Estocolmo.
El Síndrome de Estocolmo es un estado psicológico en el que la víctima de secuestro, o persona detenida contra su propia voluntad, desarrolla una relación de complicidad con su secuestrador. En ocasiones, los prisioneros pueden acabar ayudando a los captores a alcanzar sus fines o evadir a la policía.
Los cautivos cómplices de los captores. Con esto no estamos afirmando que todos los cubanos que viven en Cuba son cómplices activos del sistema, simplemente están retenidos contra su voluntad y han establecido una relación con el sistema para sobrevivir, situación que ha llevado a muchos a un estado acomodaticio e indolente ante el problema, convirtiéndolos en actores pasivos de la historia. Este síndrome es el que ha propiciado la continuidad de un proyecto que falleció hace mucho tiempo. Marchas revolucionarias, “elecciones”, “actos de reafirmación”, constantemente vemos la participación de masas en dichas convocatorias, y no es la obligatoriedad la que lleva a todos a participar. Temor a perder las pocas cosas con las que el gobierno compra la voluntad de los secuestrados es una de las ataduras que mantienen esta dependencia. El “invento”, “trapicheo”, “movida”, “jugada”, y otras denominaciones sirven para definir el margen de sobrevivencia a los habitantes, dejado por el estado, que en muchas de las ocasiones hace la vista gorda para conservar la conexión secuestrador-cautivo. Incluso muchos de los que logran salir aun no logran cortar dicha conexión y son los que siguen haciendo apologías desesperadas de un sistema que mira alrededor, acosado por los gritos exigiendo su rendición.

1 comentario:

Al Godar dijo...

Buen analisis. Junto con la libre empresa y la iniciativa personal se cortó tambien la libertad y la autoestima.
Incluyo tu blog en mi lista de : Blogs Sobre Cuba
Saludos,
Al Godar